Profesor: María Antonia Hernando Bollaín
4º ESO - Aula: 4A
Microrrelato:
Miraba sus manos, tan reales… Miraba sus pies, tan auténticos… Miraba a su alrededor y no encontraba la farsa. Sin embargo, cuando pensaba, no veía las cosas de la misma manera. Las veía intangibles, irreales, inexistentes. Cuando intentaba imaginar algo, creaba cosas igual de reales que las auténticas. Vivía la vida como si fuese una ficción. Las personas pasaban por su lado y no lo sentían. Todo había dejado de tener sentido.
Un día se puso a escribir, sobre lo que le pasaba, sobre sus sentimientos. Cuando había rellenado una hoja paró de escribir, dejó de ver el significado de sus ideas, de sus sensaciones.
¿Qué era la vida? ¿Qué sentido tenía?
Un árbol, lo llamaba así porque le habían dicho que eso era un árbol, porque le habían metido en la cabeza que un tronco de madera con ramas era un árbol, pero, ¿y si no lo era? ¿Y si tan solo era producto de la imaginación de una persona? ¿Y si no era nada?
Así pasó su vida, entre dudas e inseguridades y cuando le llegó su momento de morir no lo creyó, no lo asumió porque no pensaba que fuese real. Había creado un único pensamiento que monopolizaba su cerebro y que le decía que no existía y que todo carecía de sentido.
Entonces dejó de sentir: dejó de escuchar, de oler, de ver, de oír, de poder notar el contacto con la cama del hospital, de poder moverse. Entonces se dio cuenta de que no quería morir, de que no había hecho lo que quería hacer, que la vida sí tenía un sentido: el de vivirla.
Mientras moría y se desvanecía se arrepintió de sus decisiones y sintió.
Obra de referencia:
Las rimas de Bécquer: Este relato está inspirado en la última parte de las rimas de Bécquer, las rimas existenciales. Durante este curso las hemos leído y me han parecido interesantes. Estas rimas se