Profesor: María Isabel Quero Callejas
2º BACHILLERATO - Aula: 2º BACH A
Microrrelato:
El boleto de lotería reposaba sobre la mesa guardando una recompensa de la que más de uno en aquel bar buscaba apropiarse.
Veía las caras de todos los presentes, guiados por el alcohol en vena y alzando cada vez más la voz en sus “conversaciones privadas”. Como todas las noches servía vasos llenos de recuerdos, tristeza, nostalgia y sensaciones que solo el licor ahogaba.
Picalagartos, ¡póngame otra más! Y a mi amigo Max también, que yo invito. ¡Pero ya! ¡Ahora mismo!
Remordiéndome el labio inferior y conteniendo mis ganas de echarlos, me replanteé el hecho de abandonar a dos borrachos, no podía dejarlos a la suerte en aquel frío helador.
En un despiste general, el boleto sin dueño había desaparecido sin dejar palabras tras su ida. Alcé la voz y pregunté:
¿Quién ha sido el descarado ladrón del boleto? ¡Borrachos todos! No sois conscientes de la pérdida de dineral que supone a este hogar. -dije aquello como si de un vidente me tratara-.
En aquel silencio nocturno y entre ruidos de copas, puse la televisión y siendo 22 de diciembre, se retrasmitían los cantos numerales de los niños de manos inocentes. Aún recordaba esos cinco dígitos que la imprenta plasmó en ese trozo de papel sin dueño. Inesperadamente grité:
¡Todo el mundo fuera de mi bar!
La profunda rabia que sentía se apoderó de mi cuerpo al saber que aquella misma noche podría haber detenido al ahora millonario ladrón, y haber sido yo el entrevistado como primer premio.
Pensaba que apropiarse de algo que no me pertenecía, estaba mal. Pero resulta que cuando se trata de dinero, no hay principios que importen, ¿verdad Don Latino?
Obra de referencia:
LUCES DE BOHEMIA, R. M. DEL VALLE-INCLÁN