Profesor: Glenda Hughes Díaz
1º BACHILLERATO - Aula: A
Microrrelato:
—Sol Elvira, usted sabe que yo la amo —aún con la herida de su boca, es ella quien más sufre por sus palabras.
En Arboledas. Saliendo de misa, él decidió que comerían donde Tino, después de transferir dinero. Fernando Diego lucía como ayer en la plaza. Van de la mano, chocando el acero de sus anillos. Llegando al cajero, bastó una mirada para que ella sacase el monedero del bolso, desconociendo para qué era.
En la mesa había más aguardiente que comida. Verlo beber le quitó el hambre, le llenaron las preguntas. ¿Por qué lo hace? ¿Por qué me duele? ¿Lo sabe? Su servilleta estaba manchada de sangre.
—¿Y eso?
—Ayer, Bucaramanga —supo a qué se refería.
—¿Qué pasó?
—Una pelea. Gustioz y Ordóñez. Él debía plata al atravesado ese. Gustioz lo miró de mala jeta y me encaré —silencio. —No me mire de mala jeta Sol Elvira.
—Tenga cuidado, sabe que, como prefiero colada al arequipe —sonrió —, prefiero marcarme su nombre con tizón a perderlo. —dijo, completamente seria.
—Lo sé. Lo sé muy bien.
Él lo sabe.
Cómo cambió desde la boda. Cómo le hablaba. Las miradas acusadoras. Los “te quiero” excesivos y en momentos específicos. Fondos compartidos, excepto en Bucaramanga. Bastó una mirada. Peleas. Alcohol. Lo sabe. No veo a papá hace meses ¿Tendrá él algo que ver? Todo. ¿Por qué me duele? ¿Por qué lo hace? Lo sabe. Hay cinchas que no golpean, atan. Palabras que se clavan como espuelas, pero inmovilizan. Y lo sabe. Toledo, al suroeste, pero no todo va a juicio. Así, ayer en plazas, hoy en papel, mañana en tu puerta. Mentiras.
—Mi dinero, Fernando Diego, ¿para quién era?
—… —Se quedó pensando, paralizado —Para mi mamá.
Mentiras. Ella lo sabe, pero aún espera oír: “usted sabe que yo la amo".
Obra de referencia:
La obra de referencia es "El cantar de Mío Cid".