MONTE TABOR

InÉs Rallo Barañano

Profesor: Elena Barañano Muñoz

2º ESO - Aula: 2°ESO-C


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Microrrelato:

Un sueño que fue verdad

Sigfrido, hijo de Sigmundo (príncipe Welsa), al quedarse huérfano y ser acogido por un nibelungo, pactó la derrota del dragón a cambio de una espada indestructible.
Una mañana en que el príncipe caminaba por el bosque, encontró los restos de una espada, forjada de oro. Cuando volvió a su casa y se la entregó al nibelungo, sintió algo
especial. Mimir, que así se llamaba, al verle de esta forma, decidió hablarle del exportador de dicho objeto.
Como era mago, le durmió para que todo pareciese un sueño y empezó: “Hace bastantes años, había un príncipe muy poderoso al que, el dios Odín, le regaló una
espada indestructible. El joven utilizaba el arma para hacer el bien, ayudar y defender a su pueblo.
Un día, visitando un reino, conoció a una bella princesa con la que se casó. Sigmundo decidió mostrarle los secretos de su espada, ya que no era una espada normal, era
mágica. Esta hacía todo lo que le dijesen, pero solo obedecía a su dueño.
La mujer quedó embarazada y, cuando iba a dar a luz, perdió a su marido y se escondió en el bosque. Durante el parto, ella también murió, pero un herrero nibelungo, le
acogió y crió como a un hijo. Le enseñó el arte de la herrería y la lucha. Pretendía que el joven caballero derrotase al dragón para quedarse con el tesoro robado, después le
mataría”.
En seguida, Mimir se dio cuenta de que había hablado demasiado y de que, ahora, el niño no querría ayudarle a cumplir sus objetivos.
Cuando el príncipe se despertó, no sabía qué pensar. El duende, asustado, le dijo que los sueños son sucesos que están grabados en la cabeza de alguien y que, si en su
cabeza rondaban esos pensamientos, sería verdad.

Obra de referencia:

ALEJANDRO CASONA, FLOR DE LEYENDAS.

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