Profesor: Alicia Vera
2º ESO - Aula: 2ºC
Microrrelato:
Cuando en tu vida no hay ni alegría ni paz, tiendes a derrumbarte. Los recuerdos de mi niñez desearía olvidar, porque con una madre exigente, que se ocupó de romper la relación entre mis hermanas y yo y de abducir a mi padre, no vale la pena recordar nada. Lo único bueno que me inculcó fue estudiar y cuando ya era adulta, conseguí un trabajo estable, que me permitió ser independiente, y una pareja con la que al final me acabé casando y teniendo dos hijos maravillosos.
Llegué a pensar que ya lo tenía todo, que por fin iba a ser feliz, pero la felicidad no duró mucho. El padre de mis hijos, a quien yo había amado, empezó a acosarme verbalmente y esto se lo enseñó a nuestros hijos. Las humillaciones de mi pareja ya eran bastante como para que ahora mis hijos hicieran lo mismo. El dolor, los insultos, el sufrimiento, hizo que me rompiera por dentro. Todo me recordó a mi pasado, y llegué a preguntarme si este era mi destino, me preguntaba: ¿En esto se resume mi vida?¿Esto es todo?
La separación no mejoró las cosas. Era una herida incapaz de curar y no veía qué sentido tenía seguir viviendo. Tal vez esta era la solución que estuve mucho tiempo buscando porque, mi vida fue el mayor castigo que alguien ha tenido. Sentía que nadie me podía ayudar y que el dolor de mi corazón no se podía curar. Así que, ¿para qué seguir si no quiero caminar?, ¿para qué amar si solo hay dolor?,¿para qué llorar si las lágrimas se agotaron?
Mi esperanza, se fue,
mi amor, se fue,
mi alegría se fue,
todo se fue.
Pero al final, no se pierde lo que nunca se ha tenido.
Obra de referencia:
"La niña amarilla" de María Quesada