Edición 2022/2023
Profesor: Judit Vacas Genicio
1º ESO - Aula: 1ºC
Microrrelato:
No notaba diferencias, ¿siquiera habían? Estar solo, pero ocupar distinto lugar. Distinto razonamiento. Distinto ambiente. No cambiaba lo que era. Las luces parpadeaban ante mi irrelevante estancia y las paredes se deformaban en mi cabeza de tanto mirarlas.
En medio de mi pequeña reflexión, una benevolente voz intervino, resonando por su impacto.
—Te ves abatido, ¿pasa algo?
—Nada —asumí— ¿Qué tal últimamente?
—Exhausta —confesó decaída, como si decir que no quería llorar fuera mentirse a sí misma —Igualmente no te debería importar. —Sus ojos clavaban la mirada en mí, su rostro era todo un poema. Parecía querer gritar, dejar de intentar verse firme y admitir sus imperfecciones, en cambio, solo suspiraba nerviosa, al borde de las lágrimas.
El sonido que provenía de los tacones de Natacha al entrar en contacto con la superficie del reluciente suelo anunciaban su “espléndida” entrada. Esperaba ansiosa poder devorar otra de las múltiples historias que se aguardaban en mí. Tan rápido como abrió la puerta, mostró una leve sonrisa que duró tan poco, que si parpadeabas, siquiera lo hubieras notado. Nos analizó a ambos de pies a cabeza y entornó los ojos al ver a la pelinegra. Su cara de pocos amigos salió a la luz, dando a entender que ella no debería estar ahí. La chica solo desvió la mirada, caminó cabizbaja hacia la puerta escabulléndose por detrás de la bruja y desapareciendo de mi vista. Natacha caminó firme hacia el escritorio y se quedó indagando detrás de mi espalda. Un escalofrío recorrió por todo mi cuerpo al escucharla hablar, después de todo, ella me había secuestrado.
—Ya estoy deseando escucharte, chico —declaró mientras ojeaba las hojas en blanco que se posicionaban en la mesa. Era de saber que siquiera se sabía mi nombre, aunque dudo que algún día lo sepa.
Obra de referencia:
J. A. White. Historias de noche.
