Edición 2022/2023
Profesor: Inmaculada Bordas Roldán
2º BACHILLERATO - Aula: 2º bachillerato B
Microrrelato:
¿Una verdad trágica o una mentira consoladora?
A mis quince años, mis padres no podían permitirse económicamente el sustento de mis hermanos, a no ser que
trabajase con la corta edad que tenía entonces. Una mujer que conocí un día en el mercado, me ofreció un empleo.
En un inicio acepté sin dudarlo, ya que me era de gran necesidad aquel dinero, pero tras escuchar su propuesta no me pareció entonces tan buena idea. El trabajo consistía en ser sirvienta de un adinerado caballero, cuya fortuna era de dudosa procedencia. María, el nombre de la mujer del mercado, me advirtió que este hombre no conseguía servicio fijo ya que sus sirvientes renunciaban a quedarse allí por los tratos que
recibían. Comencé a trabajar en aquella casa a pesar del contexto tan poco apetecible que me había comentado María,
sinceramente porque era muy bien pagado y la necesidad apremiaba.
Las advertencias fueron reales: gritos, humillaciones, desprecios y algún que otro golpe; no era el día
en el que volviera de camino a casa sin soltar lágrimas. El consuelo de todo aquel paso fue la felicidad de mis padres y
el nuevo nivel de vida que gracias a la ayuda que estaba dando habían conseguido mis hermanos, los cuales habían
podido incluso estudiar.
Mis padres nunca supieron nada de todo aquello ya que siempre les dije que era un trabajo perfecto, todo por ellos, por
su bien y por salvarles de un mundo gris. Soy consciente de que no hubiesen soportado esa realidad y necesitaban
saber que algo iba bien, que podían aferrarse a la seguridad que les ofrecía.
Es por ello, por lo que opté por una mentira consoladora, por un bien mayor a mí, por ayudar a lo más importante en mi
vida, en vez de una verdad trágica, la cual habría causado un dolor mayor del que podían aguantar por aquel entonces.
Obra de referencia:
Unamuno con la obra San Manuel Bueno Mártir
