Edición 2022/2023
Profesor: Gustavo Fernández Frutos
1º BACHILLERATO - Aula: 1º bachillerato B
Microrrelato:
Sangre, lágrimas y el sol
Antes de haber matado a su hijastra, doña Brianda había poseído un corazón que latía y unos ojos llenos de felicidad.
Era joven cuando vio por primera vez la crueldad del mundo, percatándose rápidamente de que no la iban a tratar como una flor delicada.
Su padre la casó a temprana edad con un viejo rico al que debía toda su fortuna. Brianda había rogado que no la vendiera de aquella forma, pero sus lamentos habían sido acallados. Con tan solo doce años, se había casado con un viudo que la miraba con un cierto destello en los ojos que hacía que erizaban los inapreciables pelos de los delicados brazos de Brianda. Pero no mostró ni una lágrima en sus ojos, y no los volteó hacia la casa donde había crecido.
Pasó años en el castillo, donde las dos únicas almas que convivían con ella eran el Conde de Peñalba y su hija. Suave como la nieve, compartía los mismos ojos destellantes que su padre. Y eso hizo que Brianda la odiara, porque solo ella sabía las crueldades que el conde cometía con ella. Solo ella y las estrellas.
Fue una de esas noches, cuando Brianda ya había florecido en una bella dama esbelta cuando decidió que ya no podía vivir de aquella forma. Sus manos se llenaron de la carmesí sangre, cuyas gotas se deslizaban entre sus delgados dedos hasta caer en el mármol blanco. A la sangre se unieron las gotas de las lágrimas que Brianda soltó, intentando justificar el vil crímen que había cometido. Hasta que las lágrimas se agotaron, la sangre se secó y el sol brilló más fuerte que nunca.
Ese día murió Brianda, dejando en el mundo la fría y bella cáscara de una mujer cuyas manos cometerían cientos de crímenes más.
Obra de referencia:
Relato inspirado en la novela "Cordeluna" de Elia Barceló
